Mary Pérez de Marranzini, fundadora de la Asociación Dominicana de Rehabilitación (ADR), falleció hoy a los 99 años, dejando un legado perdurable en la medicina física y la inclusión social en la República Dominicana. Su muerte fue confirmada por su familia a través de un emotivo comunicado publicado en redes sociales por su hijo, Celso Marranzini. Las exequias se celebrarán en privado, y posteriormente se anunciará una misa conmemorativa abierta al público.
Reconocida como una mujer incansable y visionaria, Mary dedicó más de cinco décadas al servicio de los demás. Su trabajo fue fundamental para el avance de la fisiatría en el país y para garantizar la atención digna a miles de personas con discapacidad. Fundó la ADR en 1963, en un contexto político desafiante, pero motivada por la necesidad urgente de un espacio donde las personas pudieran recuperar su movilidad y esperanza.
Nacida en 1926, Mary Pérez de Marranzini dedicó su vida a mejorar la calidad de vida de los demás. Bajo su liderazgo, la Asociación Dominicana de Rehabilitación se consolidó como una institución de referencia nacional. Su impulso profesional y humanitario fue crucial para la introducción en el país de conceptos modernos de fisioterapia, integración social y desarrollo comunitario.
Su compromiso no se limitó al ámbito nacional. Fue secretaria de Rehabilitación Internacional, miembro de la Comisión Nacional de Desarrollo y participó activamente en iniciativas regionales para erradicar enfermedades como la poliomielitis. También ocupó el cargo de presidenta honoraria del IV Congreso del Caribe sobre el Retardo Mental.
En un país donde los servicios para personas con discapacidad eran limitados, la labor de Mary representó una transformación silenciosa. Gracias a su gestión, miles de dominicanos encontraron esperanza y recursos para reintegrarse a la sociedad. Su impacto fue, y sigue siendo, profundamente transformador.
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