Por: José A. Fulgencio Rodriguez
La República Dominicana como muchos países en vías de desarrollo o de economías emergentes como se les conoce hoy en día, enfrenta desafíos estructurales para el desarrollo económico y social. Entre estos, podemos mencionar la informalidad laboral, la baja presión Tributaria y la falta de una educación Tributaria adecuada, siendo estos de losprincipales problemas estructurales que limitan la capacidad del Estado para poder financiar servicios públicos esenciales y fomentar el desarrollo sostenible.
Al hablar de la informalidad laboral, nos referimos a todas aquellas actividades económicas que no se encuentran registradas, reguladas o protegidas por el marco legal. Según datos del Banco Central de la Republica Dominicana, la informalidad se ubicó en un 53.4% al cierre del primer trimestre del año 2025, lo que indica que más del 50% de la población Dominicana económicamente activa, forma parte de la economía informal del país.
Este fenómeno tiene múltiples causas, entre la que podemos destacar:
• La complejidad y los costos asociados con la formalización de empresas
• El limitado acceso a empleos formales debido a la falta de capacitación y oportunidades
• La percepción de ineficiencia en los servicios públicos ofrecidos por el estado
• La barrera de los impuestos para los pequeños negocios
En nuestro país, la alta tasa de informalidad tiene consecuencias importantes para el sistema tributario, pues dificulta las recaudaciones de impuestos. La empresas y personas que operan en el sector informal al encontrarse fuera del alcance de las autoridades tributarias reducen de forma significativa los ingresos del estado.
Al hablar de informalidad y la baja recaudación de los impuestos por parte del estado, nos estamos refiriendo de una u otra forma a la baja presión tributaria, ¿Qué es la presión tributaria? La presión tributaria no es más que un indicador que mide la cantidad de dinero que recauda o recibe el Estado por los impuestos que cobra en los bienes y servicios existentes, tanto a través de lo que aportan las empresas como de lo que pagan los consumidores en cada producto gravado.
En la República Dominicana, la presión Tributaria se sitúa en torno al 13-14%, muy por debajo del promedio de América Latina y el Caribe, que ronda el 21.5%. Esta baja presión tributaria se debe a diversos factores, dentro de los cuales podemos mencionar:
• La evasión fiscal, que es una práctica común tanto en el sector formal como en el informal
• Sistema tributario percibido como regresivo y complejo, lo que desincentiva el cumplimiento
• Exenciones fiscales, que la población entiende que benefician desproporcionadamente a ciertos sectores económicos
Esta situación limita la capacidad del gobierno para financiar proyectos de infraestructura, educación, salud y otros servicios que son esenciales para la población en sentido general, además hace que el estado se mantenga en un estado perpetuo de endeudamiento externo como medio para cubrir déficits fiscales presupuestarios.
Nuestro país desde hace varias décadas ha venido enfrentado el desafío persistente en su sistema tributario con una baja recaudación fiscal, debido a la falta de mecanismos efectivos de fiscalización, a pesar de los grandes esfuerzos que han realizado los gobiernos de turno, la evasión fiscal y la informalidad continúa afectando la capacidad del Estado para generar ingresos suficientes.
El presente gobierno que preside el Presidente Luis Abinader, de manera infructuosa trató de implementar una reforma fiscal que permitirá mejorar la eficiencia de la administración tributaria y reducir la evasión fiscal, sin embargo, la resistencia de sectores de la población no permitió que dicha reforma fuera aprobada ya que ciertamente en esta reforma buscaba más que reducir la evasión fiscal, era ampliar la base imponible de los impuestos (ITBIS) afectando gran parte de la población ya que gravarían productos de la canasta familiar que hoy en día no se encuentran gravados, encareciendo la vida de las familias dominicanas.
Nuestro país enfrenta un gran desafío en materia fiscal, no solo por la baja recaudación de los impuestos o la evasión fiscal, tenemos un sistema donde existe una baja cultura tributaria y la falta de un modelo educativo eficaz en esta área. A pesar de los esfuerzos por mejorar la recaudación y reducir la evasión, la realidad es que muchos ciudadanos desconocen sus obligaciones fiscales y los beneficios de la formalidad, yaque por parte de los gobiernos que ha tenido nuestra nación,solo se han focalizado en la recaudación y no educar a la población respecto a qué es tributar y por qué y para qué se hace.
Desafortunadamente en nuestro país la educación en materia tributaria no es un componente esencial en los planes de estudio, lo que perpetua la falta de conocimiento sobre el impacto de los impuestos en el desarrollo del país. Sin la debida formación desde temprana edad respecto a los impuestos, las personas ven el pago de los impuestos como una carga y no como un mecanismo para financiar la salud, educación y las obras para el desarrollo y crecimiento de la nación.
En nuestro país debería existir un modelo educativo integral donde debería abordase la responsabilidad fiscal, el uso de los tributos y la importancia de la formalización, permitiendo que desde temprana edad la ciudadanía comprenda el papel tan importante que juegan los impuestos, lo que conllevaría a reducir la resistencia del cumplimiento tributario en las futuras generaciones.
Esta dimensión pedagógica del Derecho Tributario debe fortalecer la comprensión del tributo como una obligación jurídica y un deber social, vinculado al sostenimiento del Estado y la consecución del bien común. La Dirección General de Impuestos Internos (DGII) debe liderar estos esfuerzos, en colaboración con el sistema educativo y los gremios empresariales.
Es necesario la simplificación del proceso de formalización y ajustar la carga fiscal, es clave para integrar más empresas al sector formal. Muchas veces la burocracia y los altos costos fiscales alejan a los emprendedores del sistema, lo que termina afectando la recaudación y debilitando la economía formal. Si el sistema se vuelve más accesible, especialmente para las MIPYMES, aumentará la cantidad de contribuyentes sin necesidad de crear nuevos impuestos, y que estos impuestos recaudados la población pueda percibirlos en servicios públicos de calidad, lo cual generará confianza en el sistema y motivará a los individuos y negocios a formalizarse.
Si países como Brasil, Perú, Chile Guatemala, El Salvador, Uruguay y México, han implementado modelos educativos en materia tributaria, que han sido exitosos y han demostrado que la implementación de estos modelos pueden mejorar la cultura fiscal y mitigar el monstruo de la evasión, la Republica Dominicana se encuentra a tiempo para redireccionar su rumbo en materia Tributaria, es solo poner voluntad por parte de los gobiernos y no solo enfocarse en que hay que recaudar impuestos.
Sobre el autor:
Cursando el Máster en Derecho Tributario y Procesal Tributario de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Máster en Contabilidad Tributaria de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Licenciado en las carreras de Contabilidad y Derecho, egresado de la Universidad Dominicana O&M y la Universidad Federico Henríquez y Carvajal UFHEC.
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