El verdadero periodismo empieza donde terminan los comunicados oficiales.
En tiempos donde la inmediatez manda y las conferencias de prensa se transmiten en vivo por todos los canales, es fácil pensar que el trabajo del periodista consiste solo en asistir, grabar y transcribir lo que dicen los voceros. Pero esa es apenas la superficie.
El periodismo digital actual exige mucho más: verificar datos, buscar voces diversas, contrastar versiones y ofrecer contexto. El periodista no es un altavoz de los poderosos, sino un mediador entre los hechos y la ciudadanía.
Quedarse con lo que se dice ante los micrófonos es cómodo, pero insuficiente. Las historias más importantes —las que revelan abusos, cuentan realidades ignoradas o explican lo que otros prefieren callar— suelen estar lejos de los atriles oficiales.
En una era saturada de información, ser periodista es comprometerse con la verdad, no con la agenda. Y eso requiere trabajo, independencia y una buena dosis de inconformismo.
0 Comentarios