Por Ezequiel Nova
En la República Dominicana los medios digitales se han convertido en la nueva vitrina de la opinión, la farándula y la información rápida. Sin embargo, detrás de los likes, las vistas y el “aparataje” en redes, existe una realidad amarga: muchos medios digitales no apoyan a sus propios colegas.
Cuando un medio logra un premio, un reconocimiento o un logro internacional, en vez de celebrar la bandera del talento dominicano, lo que reina es el silencio, la indiferencia o peor aún, la burla escondida. Esa actitud no solo refleja falta de unión, sino también una miopía empresarial: quien no respalda a sus compañeros, tampoco logra crecer.
Mientras en otros países los medios digitales se enlazan, se comparten, se dan cobertura mutua y hacen alianzas para subir todos juntos, aquí la norma parece ser “que crezca yo solo, aunque el otro se hunda”. Esa mentalidad envidiosa es la que mantiene a muchos proyectos dando vueltas en círculos, sin evolucionar ni conquistar grandes audiencias fuera del barrio virtual donde operan.
La verdad es sencilla: un medio que no apoya, no trasciende. No hay estrategia de marketing que salve a un proyecto digital donde lo que prima es el ego, la competencia barata y el miedo a reconocer los logros ajenos.
Porque al final, en esta jungla digital, el que no aplaude se queda solo, sin brillo y enterrado en su propia mediocridad. Y como dice la calle: el que no suma, se resta.
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