El Dorado un instrumento de Dios

El Dorado RD

Santo Domingo.- – Ángel David Nivar Polanco, conocido como El Dorado, ha transformado su vida de músico urbano a un impactante trabajador social, marcando una diferencia en comunidades vulnerables de la República Dominicana. Su historia de cambio, impulsada por la fe y un deseo innato de ayudar, ha capturado la atención de muchos, convirtiéndolo en un referente de esperanza y acción social.

Los inicios 

Inicios en la música y el llamado social: El Dorado, cuyo nombre artístico surgió de su incursión en la música urbana, siempre sintió un fuerte llamado a ayudar a los demás. Antes de encontrar la fama, ya проявлял su vocación de servicio, incluso desde su infancia.

Un giro de 360 grados: Tras un encuentro espiritual y experiencias personales significativas, El Dorado decidió abandonar la música y dedicarse por completo a su labor social. Este cambio radical incluyó una transformación personal y un enfoque renovado en su fe.


Labor social y el uso de las redes sociales

El Dorado utiliza las redes sociales para visibilizar las necesidades de personas y comunidades, gestionando donaciones y creando conciencia sobre diversas problemáticas5…. Su enfoque transparente y directo ha generado confianza, permitiéndole movilizar recursos y ayuda de manera efectiva.

Historias impactantes y transformación: A través de sus videos, El Dorado muestra historias de personas que han superado dificultades, como Sibeli, una joven que encontró una nueva oportunidad de vida después de un difícil episodio. También destaca el caso de una familia que logró salvar su hogar gracias a la ayuda gestionada por El Dorado.

Fe, familia y futuro

El Dorado atribuye su éxito y transformación a su fe en Dios y al apoyo de su familia, especialmente de su esposa. Con una visión clara hacia el futuro, espera seguir ayudando a muchas más personas, manteniendo siempre su esencia y su conexión con su comunidad.

Un mensaje de esperanza 

El Dorado invita a todos a hacer el bien y ayudar a quienes lo necesitan, recordando que «Dios ama al dador alegre». Su historia es un testimonio de que el cambio es posible y que cada persona tiene el potencial de generar un impacto positivo en el mundo.

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