El punto G masculino: el placer oculto que pocos se atreven a explorar


Por Ezequiel Nova 

Durante décadas, la conversación sobre el placer masculino ha estado centrada casi exclusivamente en el pene. Sin embargo, hay una zona que ha sido ignorada, malentendida o rodeada de tabúes: el punto G masculino. Se trata de una región anatómica que, bien estimulada, puede llevar a orgasmos intensos y profundamente diferentes a los que se alcanzan con la estimulación genital convencional.

En este reportaje, exploramos qué es exactamente el punto G en los hombres, cómo se estimula, qué beneficios puede traer su descubrimiento y por qué sigue siendo un tema tabú para muchos.

¿Qué es el punto G masculino?

El punto G masculino es, en realidad, la próstata. Esta glándula del tamaño de una nuez está situada entre la vejiga y el recto, y es responsable de producir parte del líquido seminal. Lo que muchos desconocen es que tiene una alta densidad de terminaciones nerviosas, lo que la convierte en una zona altamente sensible al placer.

Cuando se estimula correctamente, puede provocar orgasmos intensos, largos y profundos, incluso sin necesidad de tocar el pene. Esta experiencia es descrita por muchos hombres como "más interna", "envolvente" y, en algunos casos, como una forma distinta de experimentar el clímax sexual.

Cómo encontrar y estimular el punto G

La próstata se puede estimular de forma externa o interna. La forma más directa es a través del canal anal, ya que la glándula está ubicada a unos 5-7 cm de la entrada, hacia la parte frontal del cuerpo (en dirección al ombligo).

Pasos básicos para una estimulación segura y placentera:

1. Consentimiento y comunicación: Es clave que ambas personas estén de acuerdo y se sientan cómodas.

2. Preparación e higiene: Lavado adecuado de manos y zona anal, y uso de guantes o preservativos si se utiliza el dedo.

3. Lubricación abundante: El ano no tiene lubricación natural, por lo que el uso de lubricante es imprescindible.

4. Estimulación suave y progresiva: Introducir el dedo lentamente, haciendo movimientos en forma de "ven aquí" hacia la pared anterior del recto.

5. Explorar con juguetes diseñados para la próstata: Existen estimuladores prostáticos ergonómicos que hacen la experiencia más segura y específica.

Tabúes y barreras culturales

Una de las principales razones por las que muchos hombres no exploran su punto G es el estigma social y cultural que asocia la estimulación anal con la homosexualidad. Esta creencia errónea ha generado temor y vergüenza en torno a una zona que es, simplemente, parte del cuerpo humano.

Sin embargo, el placer anal no tiene orientación sexual. Cualquier hombre, sin importar su identidad o preferencia, puede disfrutar del estímulo prostático como una forma más de conocer su cuerpo.

Beneficios de la estimulación prostática

Mayor autoconocimiento y conexión con el cuerpo.

Orgasmos más intensos y prolongados.

Mejora de la salud prostática con masajes regulares (en algunos contextos terapéuticos).

Apertura a una sexualidad más libre, consensuada y sin prejuicios.

El punto G masculino sigue siendo un gran desconocido para muchos hombres. Descubrirlo no solo abre la puerta a nuevas formas de placer, sino que también ayuda a derribar mitos sobre la masculinidad y la sexualidad. Explorar el cuerpo con curiosidad, respeto y consentimiento es uno de los actos más liberadores y saludables que una persona puede realizar.

 

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