Por Ezequiel Nova
En República Dominicana, la edad en la que una mujer debe casarse y tener hijos sigue siendo tema de conversación tanto en reuniones familiares como en debates sociales. A pesar de los avances en educación, igualdad y acceso a la información, muchas mujeres dominicanas aún sienten el peso de una tradición que dicta cuándo deben formar una familia. Pero, ¿qué tan realistas o saludables son esas expectativas?
El contexto dominicano: una mezcla de tradición y cambio
Culturalmente, en RD se ha esperado que las mujeres se casen y tengan hijos relativamente jóvenes. Según datos de la Oficina Nacional de Estadística (ONE) y organismos internacionales como UNICEF, una proporción importante de mujeres dominicanas tienen su primer hijo entre los 18 y 24 años, y en zonas rurales, incluso antes.
Aunque el matrimonio formal ha disminuido en los últimos años, las uniones libres siguen siendo comunes, muchas veces iniciándose en la adolescencia o juventud temprana. Esta realidad plantea importantes preguntas sobre el consentimiento, la madurez emocional y la preparación económica.
Maternidad temprana: un reto de salud pública
La República Dominicana presenta una de las tasas más altas de embarazos en adolescentes de América Latina y el Caribe. Según el Ministerio de Salud Pública, cerca del 20% de los nacimientos son de madres menores de 20 años.
La doctora Ana Teresa Guzmán, especialista en ginecología y salud reproductiva, señala:
> “La maternidad temprana no solo pone en riesgo la salud física de la madre y el bebé, sino que interrumpe procesos fundamentales como la educación y el desarrollo personal de las jóvenes”.
Además, la falta de educación sexual integral, el acceso limitado a anticonceptivos y las normas culturales que premian la maternidad como “meta de vida” contribuyen a perpetuar este ciclo.
¿Qué dice la ciencia sobre la edad ideal para tener hijos?
Desde el punto de vista biológico, los médicos coinciden en que la edad ideal para el embarazo se encuentra entre los 20 y 35 años. En ese rango, las posibilidades de concebir son más altas y los riesgos de complicaciones, más bajos.
Sin embargo, muchas mujeres dominicanas que desean prepararse mejor —estudiar, trabajar, independizarse— se encuentran con el dilema de que la sociedad aún considera “tarde” tener hijos después de los 30.
La presión social sigue vigente
A pesar de los avances, aún se escucha con frecuencia expresiones como “se te va el tren” o “una mujer sin hijos no está completa”, frases que reflejan una visión tradicional del rol femenino.
Lidia, una joven profesional de Santo Domingo de 34 años, comenta:
> “A los 25 me decían que me apurara. Hoy, me preguntan cuándo voy a tener hijos como si fuera una obligación. Pero yo quiero tomar esa decisión desde el amor, no desde el miedo”.
En sectores urbanos, las nuevas generaciones muestran un cambio de mentalidad, pero en zonas rurales la presión familiar y comunitaria sigue siendo fuerte.
Decidir con libertad y apoyo: lo verdaderamente importante
Casarse y tener hijos son decisiones trascendentales que deben tomarse con madurez, preparación emocional y estabilidad. La clave no está en una edad exacta, sino en la capacidad de decidir por uno mismo, con acceso a información, apoyo y oportunidades.
Organizaciones sociales y educativas en el país trabajan para empoderar a las jóvenes dominicanas, promoviendo la educación sexual integral, el uso de anticonceptivos, y el derecho a decidir sobre su propio cuerpo y su futuro.
En República Dominicana, el camino hacia una maternidad y un matrimonio conscientes aún enfrenta obstáculos culturales y estructurales. Pero también hay avances importantes y una generación de mujeres decididas a vivir su vida bajo sus propios términos.
La edad para casarse o tener hijos no debe dictarse por la sociedad, sino por el corazón, la razón y la voluntad de cada mujer. Porque lo verdaderamente importante no es cuándo, sino cómo y por qué se elige.
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